El desarrollo integral de nuestros jóvenes, es el espíritu que anima nuestro quehacer educativo.

Entendemos la acción educativa como un proceso de perfeccionamiento humano; como medio que capacita para abordar la realidad y promover los cambios que contribuyan a la conformación de una mejor sociedad.

Nuestra práctica educativa, además de ser integradora de todas las dimensiones del ser humano, orienta esfuerzos con fines individuales y sociales.

Fundamentamos la acción educadora en un conjunto de principios y valores que facilitan la obtención de los propósitos que como centro escolar nos hemos planteado.

La función educadora del centro, no solo privilegia el crecimiento integral de sus alumnos; busca también que padres y maestros como miembros de la comunidad educativa se desarrollen para beneficio propio de sus niños y jóvenes que en el colegio se forman; pretende además, colaborar con el desarrollo de la comunidad, forjando personas que sean factor de cambio, generando y multiplicando comportamiento de impacto social y promocionando programas de beneficio social.